Asados y Punto

Hoy quiero hablarles de una situación que seguramente a todos nos ha pasado en algún momento de nuestras vidas: el dilema de la silla o el afilador. ¿De qué estoy hablando? Bueno, déjenme explicarles.

Imaginen

que están tranquilamente sentados en su silla favorita, disfrutando de un buen libro o viendo su serie favorita, cuando de repente escuchan el característico sonido del afilador de cuchillos. Esa melodía que a la vez es molesta y tentadora, porque saben que si salen corriendo pueden afilar esos cuchillos que llevan meses sin filo.

Pero aquí viene el dilema:

¿abandonar la comodidad de la silla para ir tras el afilador o seguir disfrutando de su momento de relax? Es una decisión difícil, amigos.

Por un lado, la silla es el símbolo del descanso y la tranquilidad. Es ese lugar al que acudimos al final del día para relajarnos y olvidarnos de nuestras preocupaciones. Pero por otro lado, el afilador representa la oportunidad de solucionar un problema que llevamos postergando desde hace tiempo. Esa sensación de satisfacción al ver nuestros cuchillos brillantes y afilados es incomparable.

Y no nos engañemos, el afilador siempre parece pasar por nuestra calle en el momento más inoportuno. Justo cuando estamos a punto de sumergirnos en un buen libro o en el clímax de nuestra serie favorita. Es como si supiera exactamente cuándo interrumpir nuestro momento de paz.

En fin, al final del día, la decisión es suya. ¿Optarán por el confort de la silla o por la satisfacción de tener cuchillos afilados? Quizás la respuesta esté en encontrar el equilibrio perfecto entre ambos. Después de todo, siempre habrá tiempo para relajarse en la silla, pero nunca sabemos cuándo volverá a pasar el afilador.

Así que la próxima vez que escuchen su dulce melodía, no se sientan culpables si deciden abandonar su silla por un momento. Después de todo, un cuchillo bien afilado puede ser la diferencia entre un buen y un mal día en la cocina.

¡Hasta la próxima, amigos!

CHAIRA O AFILADOR

Mantener los cuchillos bien afilados es fundamental y un hábito que se debe cultivar para lograrlo es pasarlos siempre por la chaira antes de cada uso. Ya que el cuchillo principal es de buen tamaño, recomiendo una chaira proporcionada al mismo que valdrá también para los más pequeños.